En primer lugar debes interesarte por el día que se realizará la entrega. Normalmente el día te vendrá fijado y concretado por un e-mail y por un sms de la empresa que lo entrega, pudiendo ser tanto una empresa de distribución pública o una privada.

Una vez que conoces el día, es importante evitar el juego del “gato y el ratón”. Desde la empresa te dicen que lo reparten a una hora o un día pero no lo hacen. Sales a buscarlo a la central y entonces te lo están entregando de nuevo en casa…

Debes saber que una vez terminado el reparto sin entrega, los mensajeros suelen dejarlo en su central logística y dos días más tarde vuelven a intentar el reparto. Contacta con la empresa y averigua sus protocolos para evitar molestias y pérdidas de tiempo innecesarias.

Es importante por tanto controlar el e-mail o móvil que indicamos en el envío y el número de seguimiento del envío por si tenemos que hacer consultas sobre él.

Si el envío tarda más de 30 días puedes solicitar que no te entreguen el producto, no teniendo la obligación de recibirlo y pudiendo reclamar la devolución del dinero abonado.

Si al abrir el envío este tiene algún defecto, normalmente el mensajero ya no estará presente, por eso es importante que no circule por muchas manos, conserjes, vecinos, etc. para evitar que se rompa la cadena de causalidad.

Fotografiar el pedido o producto en el paquete en el momento de abrirlo y contactar inmediatamente con el vendedor que será el que tenga que depurar responsabilidades internamente según sus procedimientos internos.

Si lo haces en los primeros 14 días desde la entrega será mucho más fácil de hacer y argumentar que está dentro del período legal.

Por otro lado recordarte, como veremos en el siguiente bloque que no es necesario que el producto esté defectuoso para devolverlo dentro de ese plazo de 14 días.